Entrevista A Tomás Robledo De Dios, Pregonero De La Semana Santa De Ciudad Real De 2016
Para alguien que lleva más de 30 años en el mundo de las cofradías, ¿qué representa ser el pregonero de la Semana Santa?
Un honor tremendo, porque incluso estaba ya un poco en la segunda fila. Es un honor que se acuerden de mí y piensen que soy la persona idónea. Y una responsabilidad muy grande porque si ves la nómina de gente que ha sido pregonero, asusta un poco. También con mucho sentimiento cofrade y mucha sorpresa al ver la repercusión que tiene todo lo relacionado con la Semana Santa.
¿En qué pensó a la hora de armar su texto para el pregón?
Después de darle muchas vueltas, llegué a la conclusión de que lo que quería hacer era el hilo argumental de la catequesis cofradiera, de la evangelización que realizan las cofradías con las estaciones de penitencia. Por eso cogí el hilo del Evangelio de San Juan. Me agarré a su Evangelio y fui descubriendo detalles que se muestran en nuestros pasos, con nuestras imágenes. De esta forma, voy a hacer un recorrido por toda la Semana Santa de Ciudad Real, cofradía por cofradía, viendo cómo se refleja el Evangelio. Y transcender ese hilo argumental para explicar para qué hacemos esa catequesis.
¿Qué momento de su trayectoria cofrade le gustaría destacar?
Mi trayectoria cofrade más bonita es cuando fui costalero. Era un hombre joven, todo eran ilusiones, no teníamos un duro, viajábamos a Sevilla en tren y nos alquilábamos una habitación en una pensión entre cuatro o cinco. Luego ser hermano mayor de una cofradía es muy importante, pero también trae mucho sinsabores, porque tienes que tomar decisiones y las hay que gustan a unos y a otros no. No voy de dejar de recordar a Juan Carlos Naranjo y Marcelino Abenza, empecé con ellos y son dos amigos que han hecho mucho por la Semana Santa de Ciudad Real.
¿Cómo ve la Semana Santa hoy en día?
Espero equivocarme, creo sinceramente que hemos llegado al cenit. Si hay una curva con un momento de ascensión, crecimiento, después hay un descenso y yo creo que el año pasado llegamos a lo alto de la cuesta. Durante la primera mitad del siglo XX, hasta los años 40, la Semana Santa de Ciudad Real estaba ceñida al Jueves Santo y el Viernes Santo y se concentraba en las tres parroquias del centro. A partir de los años 50 se incorporan un montón de hermandades nuevas, se va cubriendo desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, hasta la enorme y potente Semana Santa que hemos conseguido en la segunda parte del siglo XX. Cogió un gran impulso a partir de los años 80 por el atractivo que tiene para la juventud la aparición de los costaleros. Espero equivocarme, pero creo que estamos en el cenit y después viene la caída.
¿Qué le hace pensar que va a decaer?
Alguna cofradía ha convocado ya una reunión planteándose contratar un paso con ruedas. Eso es simbólico. Desde siempre, Pilatos tenía una cuadrilla profesional, pero las pretensiones económicas de finales de los 60 eran insoportables para la cofradía y en 1970 se plantearon sacar el paso a ruedas, pero un grupo de jóvenes, estudiantes, se ofreció para sacar el paso de forma desinteresada. No sabían lo que hacían, pero ahí empezó el desarrollo y la explosión que nos ha traído aquí, de modo que tiene mucho que ver que una cofradía estudie poner el paso a ruedas.
¿Qué propondría para prevenir ese posible declive?
Yo puedo decir lo que hicimos en mi Hermandad, que fue consolidar y asegurar nuestro patrimonio con una casa de Hermandad que es propiedad nuestra. Al estudiar nuestra historia vi que los que empezaban después de un momento de casi desaparición, lo hacían prácticamente de cero. La primera decisión que tomamos en los años 90, cuando vimos que había un crecimiento, fue tener una casa de Hermandad y en ella tener todos los bienes que entonces estaban dispersos en casas de particulares. Si en algún momento hay un bache, quien después quiera relanzar la Hermandad, ahí tenga un punto de partida desde el que crecer. Otro punto ha sido ir cambiando el tono de nuestra cofradía hacia un tono de seriedad creíble.
Se celebra este año el décimo aniversario de la declaración de Interés Turístico Nacional, ¿qué importancia puede tener para el futuro?
Para la ciudad es importantísimo, que sea conocida como destino turístico, aunque sólo sea tres o cuatro días, es una ventaja para todo, para la industria, el comercio, la hostelería, a las propias cofradías, que reciben ayuda en los programas y en los carteles. Ha sido muy importante, pero en la participación interna en la vida de las hermandades, no afecta.
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